miércoles, 28 de agosto de 2013

TRATAMIENTO PSIQUIÁTRICO PARA EL MAL DE MOVISTAR.

Normalmente soy una persona tranquila, pacífica, comprensiva, sonriente… tímido, no tengo gracia con los chistes, quizás un poco aburrido. Me considero amigo de mis amigos, considero amigos a mis compañeros de trabajo (paso más tiempo con ellos que en casa), aprecio a mis vecinos (bueno, los que se dejan apreciar).
Amo a mi familia, a mi mujer, a  mis hijos, a las nuevas familias que han llegado con mis hijos. Me gustaría tener brazos grandes para abrazar al mundo.
No soporto las dobleces, los aprovechamientos, los engaños, los manejos, la chulería, las falsedades, las explotaciones, los atracos…

En cuanto al dinero, tengo una teoría particular. Tengo que confesar que no es mía, que es de un amigo: TENDRÍA QUE SER COMO LAS CEBOLLAS, de un año para otro, las que no se han gastado hay que tirarlas, no sirven.
Como anécdota, un día andando por la calle, escucho una conversación de un grupo de cuatro o cinco personas:
- que pena, y pensar que lo tenía todo
- cómo se nota que el dinero no da la felicidad…
Yo seguí andando mientras pensaba: y no tenerlo ¡TAMPOCO!. Pero ese es un tema para otra entrada.

Me decía mi terapeuta a propósito de MOVISTAR, que fuera positivo, que la felicidad, a contrario de la creencia popular, no proviene de la fama, ni de la fortuna, ni de otras personas o bienes materiales. Más bien, proviene de dentro. La persona más rica en el mundo pudiese ser miserable, mientras que una persona sin hogar pudiese ser justa, estar sonriente y contenta  con su vida. Las personas felices son felices porque hacen felices a los demás.

¡QUE BIEN ME ESTA HACIENDO MOVISTAR A MI SALUD MENTAL!
¡A MI PAZ FAMILIAR!


¡Ah!, a propósito, le estoy componiendo una coplilla a MOVISTAR. 
BUSCO INTERPRETE PARA GRABARLA.

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