Íbamos
a salir a respirar un poco, pues las tormentas además de los daños del agua
torrencial, han refrescado el ambiente y a esta hora (19:30) se esta de maravilla
respirando el aire que nos llega de nuestra Sierra Nevada.
Con
la puerta abierta, suena el teléfono.
Aprovecho
para darle el último vistazo al correo: PARECE SER QUE EL 1004 SE HA DIGNADO
MANDARME UN EMAIL, me ha dicho una amable operadora del 1004.
Miro
el muro de MOVISTAR EN FACEBOOK, yo solo puedo mirarlo, me han restringido los
comentarios.
Quejas,
quejas, quejas… al final he visto una aportación que me ha hecho reír:
“Hola, le
atiende el 1004, ¿qué desea?
nada, que me
voy a echar la siesta
y era ver si
queréis algo vosotros,
así me la echo tranquilo”
La
verdad que se me ha escapado una carcajada, después del mal rato de esta tarde,
¡Ha sido como una inyección de endorfina! Y era capaz de reírme de todo.
El
paseo ha sido mucho más confortante, sentía como recuperaba el buen humor y las
ganas de reir, con Toñi, mi mujer (sirva de presentación) nos hemos reído,
hasta de lo más tonto. Aunque costaba desapegarse del pasado, no todo era tan
negro, volvíamos a recuperar la capacidad de sorprendernos por las cosas
pequeñas de la vida.
Paco
H.
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