Eso me pasó a mi.
¡Ah, a propósito: FELIZ NAVIDAD!
Tengo
que confesaros que todo este asunto de Movistar me ocasionó durante mucho
tiempo una excesiva preocupación y mucha ansiedad; era casi un estado continuo
de vigilancia, dormir costaba trabajo, irritable, desconfiado, cualquier cosa
me exasperaba... todo era una preocupación. La ansiedad flotaba en el ambiente,
todo me parecía posible. Ya os he hablado en otras ocasiones de que me daba
miedo ver el número de teléfono cuando este sonaba, por si era el 1004,
pensando con qué nos podría sorprender.
Ono, Vodafone, Orange, Jazztel, los operadores baratos… La mayor parte de los rivales
del operador dominante llevan comercializando desde hace meses unas ofertas muy
similares: tanto por características como por precio. Unos dan más minutos para
hablar con el móvil, otros ofrecen más megas para navegar desde casa, otros
usan el gancho de no pedir permanencia… Cada compañía juega sus cartas.
Sí, sin duda me dirás que no es fácil echarse a la
espalda los problemas, que hay veces que la vida se hace demasiado cuesta
arriba: algunas veces prácticamente en una pared vertical.
Aún tendré muchas sesiones para
superar la movistarfobia que me ha quedado, y no me refiero a la nomofobia, ese
miedo irracional a salir de casa sin el móvil. No, lo mío es un miedo a un
logotipo en forma de “M” verdosa con fondo azul, a la palabra “fusión”, me
aterran sus anuncios en la tele y en la radio, me persigue en sueños, a que
suene el teléfono, y ver un “1004”…
Y todo, porque en esta sociedad de
capitalismo puro, de estrategias comerciales y marketing, no se puede imponer
el interés demás fuerte a costa del más débil, el que siempre soporta los excesos
del poderoso, del que tiene el poder en la mano.
Las quejas de los consumidores en Protestapp pusieron a OCU sobre el
aviso: Movistar, Orange y Vodafone estaban aplicando injustamente las
penalizaciones por permanencia. ¿El resultado? Esta denuncia.
El primer contacto que tuve con ellos, fue un apunte en el
consumo -LO VIGILO DIARIAMENTE- pues no sé cuando MOVISTAR volverá a
sorprenderme, y esa vez me sorprendió enormemente, pues el apunte era la “mar”
de curioso:
Y si al menos me indicara MOVISTAR a que número es al que llamé y
en el que se justifica para cobrarme 15 céntimos, yo podría advertirle que desactive
el servicio, pues aún sin responder a mí llamada, MOVISTAR me la cobra. Y ahora
no entro en dudar si le dejó el mensajeo no, si se parece a lo
que yo mandé, mira que si la máquina ese día esta tonta y pasa lo del
anuncio y en vez de que se me ha roto el “cigüeñal” dicta que se me ha caído la
cigüeña...
¿Y qué es lo que pasa?, pues, que cuando llamas y nadie
descuelga, escuchas una locución que te invita a grabar un mensaje con una
duración máxima de 15 segundos, que se envía en un SMS convertido a texto. Más
o menos algo como que así: “Dicte su mensaje y lo enviaremos por SMS. Solo
pagará la llamada y 15 céntimos, más IVA, a partir de la señal”. A la persona
que realizó la grabación se le avisa de la grabación y al número que se le ha
mandado.
Cuantas frustraciones nacen de no tener todo aquello que pensamos que necesitamos para vivir, y no me refiero solamente a aquello de “que no es más feliz el que más tiene, sino el que menos necesita”, que también; aunque sería más correcto aquel otro dicho de “que las personas más felices no tienen lo mejor de todo, pero sí que sacan lo mejor de todo lo que tienen”.
No se si MOVISTAR se ha enterado de que hacíamos un uso de lo más personal y
particular que te puedas echar a la cara.
No se bien que tengo contratado
con MOVISTAR, y miro todos los días,
algunas veces hasta dos y tres veces el CONSUMO ACTUAL, no me fio ya de MOVISTAR.