miércoles, 27 de noviembre de 2013

EL CUENTO DE MOVISTAR: EL DESENLACE. LO QUE EL VIENTO SE LLEVÓ.

EL CUENTO DE MOVISTAR II: EL DESENLACE.
CAPITULO OCTAVO: Lo que el viento se llevó.
FINAL.

Anoche comprobamos que MOVISTAR nos había ingresado 999,88, de la factura de noviembre, que salía a nuestro favor.
Al final la sensación es agridulce, pues solo nos ha devuelto parte de lo que nos cobró en la septiembre de forma improcedente, y más aún, cuando si a la factura  le sumamos los 0,45 que importaba el consumo de noviembre, aún resta a nuestro favor más de 116 euros, más aún los gastos de los burofax, certificados, acuses de recibo… malos ratos… el saldo a nuestro favor es bastante considerable, y no es cuestión de euros.
Aún tendré muchas sesiones para superar la movistarfobia que me ha quedado, y no me refiero a la nomofobia, ese miedo irracional a salir de casa sin el móvil. No, lo mío es un miedo a un logotipo en forma de “M” verdosa con fondo azul, a la palabra “fusión”, me aterran sus anuncios en la tele y en la radio, me persigue en sueños, a que suene el teléfono, y ver un “1004”…
Toda esta historia, esta pesadilla en la que el único protagonista ha sido MOVISTAR y su producto estrella FUSIÓN, aunque hoy se pueda dar por cerrada, no ha concluido, y como no me gusta poner a Dios por testigo, si pongo ese cielo azul que sustenta la “M” de Movistar:

“…Al cielo pongo de testigo
de que Movistar no conseguirá aplastarme,
viviré por encima de todo esto
y cuando haya terminado
nunca volveré a temer a una compañía de móviles
ni yo, ni ninguno de los mios.
He aprendido a desconfiar
de estafadores y ladrones que amedrantan
peor que si llegaran a matar.
Al cielo pongo por testigo
que de ninguna compañía de móviles,
me volveré a fiar

Y para que no haya confusión ni dudas, esta humilde cruzada que hace tres meses y una semana que empecé, no acaba aquí. Seguiré escudriñando el aire, oteando el horizonte, tratando de advertir, de denunciar, de poner en conocimiento público, cualquier maniobra que conozca que vaya en perjuicio del usuario.
Al amable lector su paciencia por acompañarme en esta evolución vital de lo que para mi ha sido parte de estos últimos días de mi vida. Mi intención no era entretener, para mi ha sido un acto de orgullo y valentía, de no dejar que Movistar pudiera hacer mella en mi autoestima y aunque a veces a alterado mi ánimo, he tratado de no dejarme arrastrar por todo esto, sino ser centinela y faro que advirtiera al confiado usurario, por lo que a mi me había pasado, de lo que podía en un momento u otro ocurrirle a él.
Y todo, porque en esta sociedad de capitalismo puro, de estrategias comerciales y marketing, no se puede imponer el interés demás fuerte a costa del más débil, el que siempre soporta los excesos del poderoso, del que tiene el poder en la mano.
Cómo en lo que el “Viento se llevó” este Cuento de Movistar tan repleto de amor, de odio, de amistad, de aventuras, de engaños, de timos, de estafas, de guerra, de familia… pretende que no se vuelva a contar, a no ser que sea como recuerdo familiar, donde al final como en “Sonrisas y lágrimas” en el horizonte se vea un día claro y soleado, donde el terror, el miedo y la angustia hayan cesado.
Paco H.

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