“Sí,
la impresión de tu maravillosa Granada es en mí triste, tristísima, pero de una
tristeza tan atraedora que me trae y me lleva como una aguja en ella. Tengo que
llenarme de Granada hasta la boca”.
Juan Ramón Jimenez.
No me gusta pensar
de Granada como aquella sirena que te atrapa, te seduce y embauca con su canto
y su belleza y que su atractivo irresistible lleva a la perdición a quien se
atreve a fijarse en ella. Granada te rapta de la mediocridad, te saca de la
melancolía, abriéndote horizontes nuevos. Granada te libera.
Paco
H.
Poco más se puede decir de Graná, Paco.
ResponderEliminarSalu2.